sábado, 6 de septiembre de 2008

LA ESPERANZA

Segunda virtud cardinal: esperanza

En el diccionario: Sustantivo femenino; tendencia del espíritu a considerar algo como probable; segunda de las virtudes teologales; expectativa; suposición; probabilidad.

En palabras de Jesús: Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida? Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? (San Mateo, 6 : 26-30)

Para los antiguos griegos: En uno de los mitos clásicos de la creación, uno de los dioses, furioso porque Prometeo había robado el fuego permitiendo la independencia de los hombres, envía a Pandora para que se case con Epimeteo, el hermano de Prometeo. Pandera trae consigo una caja que se le ha prohibido abrir. Sin embargo, al igual que ocurre con Eva en el mito cristiano, su curiosidad es más fuerte: levanta la tapa para ver qué hay dentro, y en este momento todos los males del mundo salen del interior y se extienden por la Tierra. Apenas una cosa permanece dentro: la Esperanza, única arma capaz de combatir los males liberados.

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